LA PILOTETA (Su tesoro más preciado) 2ª parte:
Todos y cada uno de los días, cuando volvía a casa, después de saludarme, dando brincos, ladrando de alegría, etc.etc.,
se iba corriendo a por su pelota y la lanzaba desde el sofá. Lo mismo ocurria cuando venía alguna visita. En el caso de que no le hicieran caso, se ponía delante de la visita, le dejaba la pelotita delante y le ladraba. Cuando intentaba cogerla, el más rápido que nadie, la mordía con fuerza para que se la quitará de la boca. Por más fuerza que hicieras, la soltaba cuando él queria.
Estabamos en el sofá y de repente notabamos que teniamos encima la pelotita (él la había dejado caer) o nos daba la vuelta a la mano, para depositarla en ella y se la lanzaramos. Otras veces, con gran fuerza con las patitas delanteras movía las almohadas del sofá, dejaba caer la pelotita debajo (la escondía) y ladraba mirando la almohada, para que la buscaras. Nosotras se la escondiamos para que también él la buscara.
PARECE MENTIRA LO QUE DA DE SI UNA PELOTITA.
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