Mi madre y los aviones.
Los aviones siempre han sido su pasión, pero últimamente cuando salimos a pasear nos fijamos aún más. Es ver uno y tenemos que pararnos para verlo bien. No perdona ni uno. Tanto los que llegan a Manises y van bajitos (vemos las ruedas, las ventanas, las luces.......), como los que se van (subiendo y subiendo hasta desaparecer) y los que simplemente son una estela de humo en el cielo. Como cerca de casa hay mucho despeje (pocas fincas), el cielo es inmenso y nos da la oportunidad de observarlos con detalle y fotografiarlos.
Desde casa también hacemos fotos. Hemos observado que es como una carretera (que no vemos, pero está ahí), sentido Manises, por la que pasa el de la barriga roja, o negra, o verde (según la compañía a la que pertenezca)).
Es todo un espectáculo.
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