Desde cachorro vimos que le gustaba tomar el sol, aunque siempre en su justa medida. ¡Cuanto nos enseñan! Se ponía en la puerta de salida al balcón y de vez en cuando giraba la cabeza, para ver si nos dabamos cuenta y le abriamos. Salía, olia las plantas o cualquier cosita que hubiera en el suelo y se colocaba primero de cara al sol e iba cambiando de posición, hasta que consideraba que ya estaba bien y volvia a entrar en casa.
09/04/09 Fotos A.A.G.
Bueno Ana...te lo digo de nuevo, me gusta mucho tu blog, kiko está guapisimo, espero que ahora si recibas mi comentario.
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